Jorge Yánez ( Veracruz )
Mi hermana pasó la noche en mi casa en su viaje de regreso a Morelia. Amanece domingo, pero a las ocho y media ya estamos afuera desayunando. De vuelta en mi casa nos preparamos un té. Empezamos a platicar de sueños recurrentes que hemos tenido a lo largo de la vida. Le platico de uno que tengo frecuentemente: es verano y debo biología de tercero de secundaria. Es el día del extraordinario y llega la hora de presentar el examen, y yo no se nada. Hay poca gente en la escuela, está casi vacía. Veo el balcón del segundo piso en donde está el salón en que debo presentar el examen. A veces me despierto con la angustia de que lo debo, y ya despierto tengo que decirme: "loco, ya terminé la licenciatura, no puedo deber materias de secundaria." Tampoco nunca me llevé biología a extraordinario. Le digo a mi hermana que en realidad química y biología fueron las dos materias en las que nunca fui excelente, y que quizás hay algo que me esté pasando que el subconsciente relaciona con material que vi en tercero de secundaria. Algo soterrado que se me manifiesta en ese sueño, pero que lo he tenido desde que estaba yo en la universidad estudiando la licenciatura.
Le cuento que con cierta frecuencia sueño que vuelo. Me dice que ella también, y que lo ha soñado toda la vida. De hecho, de niña fue uno de esos sueños que luego te despiertas y no puedes separarlo de los recuerdos reales. Yo he tenido esa experiencia, la tuve todavía hace poco, cuando recuerdas algo con certeza y te das cuenta en medio del recuerdo que es imposible, que eso solo puede haber sido un sueño, así que sé de qué habla. Me cuenta del momento en que ella tuvo esa experiencia. Tenía cinco años, y muy convencida le dijo a un amigo que ella podía volar. El amigo tenía unos trece años. Dice que se le quedó viendo y le dijo "A ver, vuela." Se quedó sin saber qué responder, y le dijo "Bueno, no, es que ahorita no tengo ganas." Pero recuerda cómo en ese momento se dio cuenta de que no, no podía volar.
"¿Cómo vuelas?" Tiene una técnica: se para en una silla o algo similar y se pone a brincar, y brinca cada vez más alto, hasta que empieza a mover las manos y los pies haciendo como que bucea, y entonces vuela. Va buceando en las alturas, "no como los pájaros, sino pegada a la copa de los árboles."
"Ora. No, yo nunca he volado alto. Yo me paro en una silla o algo medio alto, y entonces me dejo caer hacia enfrente, y cuando faltan como 30 centímetros para pegar con el piso empiezo a avanzar. Vuelo a gran velocidad con los brazos pegados al cuerpo, como Astroboy, pero siempre a nivel de suelo." Recuerdo tener este sueño desde que estaba yo en kinder, cómo volaba sobre las canchas de voleyball en las que jugaban los de la prepa y pasaba entre ellos y no chocaba con nadie.
Cuando nos acabamos el té se fue mi hermana. Me metí a chatear con un amigo y le comencé a contar sobre estos sueños. Me dijo que él también vuela a ras de suelo en sus sueños, como yo, y que una vez soñó que volaba sobre el mar y metía el dedo en el agua e iba dejando un surco.
J dice (10.28):
Fue hace ya varios años pero siempre lo recuerdo.
Foto: Mariana Del Campo ( Veracruz )
0 comentarios:
Publicar un comentario