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La primera noche...

lunes, 12 de mayo de 2008

 



Estoy listo
Héctor Cortés Mandujano

Quizás no lo sabes, pero vivo en una jaula de cristal finísimo. Al lado mío, en la jaula de la derecha, hay un duende de color azul, vestido permanentemente con un traje vistoso, colorido. Es muy simpático y me sonríe, desde su lugar, cada vez que se cruzan nuestras miradas. Él sale no sólo en las noches, como casi todos los demás; también, en forma muy frecuente, se ausenta en mañanas y tardes, a cualquier hora.
A mi izquierda, se supone, habita una bellísima mujer desnuda, de labios sensuales y ojos magníficos. Digo se supone, porque casi nunca está. Las raras veces que llega a su nicho se recarga contra las paredes transparentes y muestra una cara de fastidio, que tiene que transformar en alegría apenas sale a cumplir con su tarea. La comprendo. Su trabajo es extenuante.
Yo he salido a veces, desobedeciendo las indicaciones, a buscarte. Conozco tu cuarto y he leído alguno de tus libros mientras he estado allí. Me encanta tu cabello: largo, negro, dócil, y me gusta la expresión de tu rostro cuando duermes. Me han descubierto en algunas ocasiones, pero entienden que debo acercarme a ti, saber a detalle tus gustos, conocerte a profundidad. Yo he nacido por ti, para ti.

Hace algunas noches, no sé si te acuerdes, viste mis ojos, sólo mis ojos, y sonreíste. Tu sonrisa es linda. Esa vez recorrí, para llegar contigo, el pasillo de jaulas, en el sector que me toca, y quedé impresionado de la variedad que somos: hay monstruos y pájaros imposibles, flores raras y frutos misteriosos, catástrofes, nubes, imágenes divinas…
Después de esa ocasión, y luego de que has visto otras partes mías, mi cuerpo ha tenido cambios. Mis labios son un poco más carnosos, los músculos en las piernas están mejor pronunciados, mi sexo creció, el color de mi cabello cambió de tonalidad… Los nuevos detalles en mi anatomía son de mayor precisión, responden con exactitud a tu dibujo milimétrico.

Sé que hoy en la mañana hablaste de mí con tus mejores amigas y sé que te mueres de ganas porque llegue ya la noche. Lo deseas y lo deseo. Apenas cierres los ojos estaré a tu lado y cumpliré punto a punto lo que me pida tu imaginación. En espíritu y en cuerpo seré tuyo todas las noches que quieras tenerme a tu lado, soy el ser que has construido de la punta del pie a la punta de mis cabellos: soy el hombre de tus sueños.



Foto: Raúl Ortega (Chiapas)

Foto: Félix Cúneo (Veracruz)

Foto: Alexis Sánchez (Chiapas)



Foto: Isaac Aguilar (Veracruz)

4 comentarios:

tona dijo...

La noche, la exquisita noche con tintes eróticos que llama a deambular por la luz de la luna, ya sea en una calle del centro, en una azotea o en camino de terraria por el desierto. Lo cierto es que en la noche, cambiamos las pieles, afilamos los sentidos y abrimos más las pupilas!!

tona dijo...

perdón que me comí letras, T E R R A C E R I A quise decir y CON la luz! saludos mi félix feliz

Unknown dijo...

Que maravilloso pretexto para hacer foto y escribir: La noche, en la noche cuando todo pasa de manera diferente. Me gustaría que las noches se sucedieran diariamente y no cada semana, así, ya podríamos ser amigos después de compartir más de una docena de noches y no que apenas me quito lo tímida para escribir este mensaje.
Felicidades a todos! Por supuesto a Félix

tia dijo...

La primera noche..., tan sugestiva la frase y tan particularmente propia, todas son siempre la primera, miedo, curiosidad, pasión, deleite, misterio, pero al final, al final me quedo con el misterio...