Jorge Yáñez ( Veracruz )
Es madrugada.
Demasiado tarde para llamarle a alguien.
Mañana es lunes.
Los que están conectados realmente duermen.
Me preparo un té de manzanilla.
Cuando cae el agua del té entre la taza y la mesa se forma un sonido, un crujido húmedo constante.
Suena eso y, a lo lejos, el tren.
Pienso que el sonido del tren se pierde en la oscuridad, pero recapacito.
Cambio la taza de lugar, pero sin secarle el fondo, y el sonido se vuelve un golpeteo rítmico constante.
Cierro los ojos y el sonido me trae el metrónomo de cuerda que había en la casa sobre el piano.
Mi padre me pegaba varazos en el dorso de las manos por no estudiar el piano.
No seguí con las lecciones.
Iba bien en la escuela.
El tren se ha ido, no se escucha más.
El ritmo de mi taza se ha vuelto muy lento.
Antes de tomarme el té, ya se ha acabado.
Foto: Mariana Del Campo ( Veracruz )
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