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La 20...

lunes, 22 de septiembre de 2008

 



El destino de las muñecas*
Héctor Cortés Mandujano

A las jóvenes las exponen como los géneros en un almacén
en el que los hombres tienen la entrada libre
para elegir a su gusto.
León Tolstoi, en “La sonata a Kreutzer”

Apiladas, puestas en fila, coquetas, austeras, en cajas finas, colgadas como reses, bien vestidas, desnudas, las muñecas no pueden más que esperar a que alguien pregunte su precio, pida una rebaja (si son de puestos callejeros o de mercado) y, finalmente, se las lleve con rumbo desconocido.
Una tendrá la suerte de pasar la noche en una cama mullida, entre unos brazos amorosos; otra dormirá en el suelo; aquella será echada de malos modos al jardín o al patio.
Más de una sentirá que “un bracito ya se le rompió” y tal vez otra descubra que “sus amigos no son los del mundo” porque a ellos poco importa el destino de las muñecas a las que sólo quieren cuando son dóciles y se dejan hacer de todo, cuando no protestan y están sonrientes y pintaditas y calladitas y obedientes…

*Texto inspirado en la fotografía de Alexis Sánchez, publicada en La noche 18, del 8 de septiembre de 2008. Los entrecomillados finales corresponden a la canción “La muñeca fea”, de Francisco Gabilondo Soler, Cri-Cri.




Foto: Raúl Ortega (Chiapas)


Foto: Félix Cúneo (Veracruz)



Foto: Alexis Sánchez (Chiapas)


Foto: Isaac Aguilar (Veracruz)



Noche de graduación… de rosas y vinos
Genaro Aguirre Aguilar

Tras muchos años después, he vuelto a asistir a una cena de graduación. Ellos son doce egresados que han cubierto los créditos y alcanzado un promedio como para convertirse en los primeros estudiantes en formar parte de una generación que salvó obstáculos o pudo disfrutar las mieles del llamado Modelo Integral y Flexible de la Universidad Veracruzana.
No quisiera detenerme aquí, ni en los recuerdos que eventos de este tipo suelen generar en quien asiste (amigos, familiares, colados), finalmente lugares comunes a los que se vuelve de vez en vez, cuando se sabe pasó por experiencias similares en algún momento de su vida. No obstante, puede que quizá no quede de otra.
Y es que reconocer en estas diez chicas y esos dos varones un puñado de esperanzas, no impide dar un paso adelante para asimilar estos instantes de gozo que mañana podrán trocarse en momentos de claroscuro. He aquí lo festivo del rito de salida, he aquí un mañana que se encarna y se devela incierto; aquí doce corazones que al día siguiente empezarán un periplo para tratar de obtener los reconocimientos que cualquiera de sus profesores ya hizo a lo largo de su formación, pero que ahora corresponde a esta sociedad abrirse a la celebración para después acoger a quienes ya cumplieron con su parte.
Los veo y en cada uno de sus rostros, en sus sonrisas, en la felicidad que emana por sus cuerpos, los allí reunidos sabemos han cumplido con la apuesta de haber encarnado las esperanzas que seguramente sus padres depositaron en ellos, inversión de sueños que pudo desbordarse por el desvelo, pero que en cada abrazo, en cada gesto, en cada mirada que ilumina esta noche, pareciera arrojar saldos favorables.
Por ello, esta noche es de graduación. La ocasión para transmutarse en doncellas, en caballeros; en la suma de un mundo que ha trazado un compás de espera para congelar el tiempo y dejar que todos disfrutemos de los últimos alientos que como estudiantes universitarios estos jóvenes viven.
Qué importa que mañana les asalte la zozobra, les angustie saberse fuera de las aulas, ahora y junto a quienes más quieren, al lado de aquellos que pudieron llegar, tanto como esos otros que invariablemente se quedaron en el camino, pero que saben colmados de gozo, es tiempo de levantar y brindar en esta noche de rosas y vinos que ha sido diseñada para ellos. Por eso mismo, ¡salud!, aunque detrás de quien escriba, agazapadas estén las dudas y tal vez los llantos que hace muchos ayeres pudimos haber tenido.
En fin, esta noche es su noche, mañana… mañana será otro día.

1 comentarios:

Paco Puentes dijo...

Por fin vuelvo tras el descanso vacacional y deseoso de volver a hablar con los amigos de la blogosfera.
Tienes un blog que no deja de impresionar, tanto lo que escribes como las imágenes que usas son increibles.
Un abrazo y hablamos.